No existe mejor
palabra para describir este episodio: Locura. Es, de momento, el
capítulo que mejor explota la temática, ambientación y tonalidad que
lleva buscando la serie desde el principio. Podría decirse también que es un
capítulo que se asegura de recoger lo mejor de varios episodios y
explotarlo aquí de manera aplastante y violenta. Un ejemplo a destacar sería la temática del Trastorno Psicológico, representada en Harvey Dent y su
doble personalidad, “Harv El Malo”.
En anteriores
historias, fuimos testigos de una adaptación bien elaborada de Poison Ivy.
Además de ser una antagonista que cumplía su propósito mucho mejor que otros
villanos, y encajar con la estética del show como anillo al dedo,
también fue la primera en introducirnos a una persona con serios problemas
mentales (El Joker y Scarecrow no cuentan, de momento, porque en ninguno se
ha profundizado dicho tema). Y claro, luego está Harvey, que recoge todo
lo que hizo bien aquella Femme Fatale, y lo multiplica por cien.
Somos testigos de
un relato de misterio y corrupción. Harvey Dent trata de alcanzar su
puesto como el fiscal del distrito de Gotham, pero ciertos obstáculos se
lo impiden. El más imponente se representa en forma de pesadillas, introduciendo
una segunda personalidad que, más tarde, toma control de su mente cuando
X situación se le sale de control. Esto le preocupa porque, si Gotham y su gente
descubren que tiene una enfermedad psicológica, ya no se lo tomarán en
serio y lo tratarán como a otro paria más (Véase El Joker, Scarecrow, Poison
Ivy, etc). Así que debe ponerle un freno al tema, por lo que decide visitar a
una psicóloga e hipnotista.
Es gracias a ella
que somos testigos de la presentación de “Harv El Malo”. Antes ya
habíamos visto un poco su “persona”, pero es ahora
cuando se nos introduce al “personaje”, quien es la antítesis de Harvey.
Si este último desea llevar a los criminales ante la justicia, “Harv El Malo”
sería capaz de asesinar a cualquiera que se interponga en su camino (Ya
sea un criminal o, inclusive, su propia psicóloga). Pese a que las recientes
circunstancias le están facilitando su control para con Harvey, el “villano”
permanece encerrado gracias a la presencia de Grace, su nueva pareja (La
cual intuyo que obtendría poco después de lo ocurrido con Poison Ivy. Ergo, doy
por hecho que este episodio toma lugar, mínimo, dos meses después de aquello).
Sin embargo, no
todo son rositas ni pajaritos. Rupert Thorne hace acto de presencia, y nos
introduce el elemento restante que el Show necesitaba: Corrupción
Criminal y Política. Es él quien está detrás de la frustración de
Harvey, al sobornar al juez para liberar a sus hombres, o al escabullirse de
sus manos cada vez que parece tener una prueba para incriminarlo. Aun así, a
Rupert no le hace gracia que Harvey se convierta en fiscal del distrito, porque
sabe que el tipo es incorruptible. Ergo, decide investigarlo, dando a
luz uno de los mejores diálogos del episodio: “Todos los hombres esconden
algo. Mientras más clara sea la foto, más oscuro será el negativo”.
E insisto: Harvey
desea que nadie sepa de su condición ya que, de hacerse pública, serán
pocos quienes le tomen en serio. Y me parece un concepto muy interesante,
explotado pocas veces en el medio. Gotham es una ciudad repleta de
lunáticos y parias. Dent es un hombre que desea hacer el bien, pero
también está enfermo. Si tan solo Bruce hubiera confiado en él desde el
principio, quizás las cosas habrían sido diferentes, pero me estoy adelantando
de sobremanera.
La cuestión es
que todo su plan de contingencia se le cae encima: Consigue concertar una
agenda con su psicóloga, pero los hombres de Thorne descubren su secreto, así
que deciden chantajearlo.
Entonces, el espectador descubre cómo
fue que nació su doble personalidad, y es que cuando era niño, mandó al
hospital a un abusón después de acertarle un puñetazo, que le provocó
apendicitis. Fue tal la culpa de Harvey que, desde entonces, reprimió
todo lo malo que le ocurrió desde entonces, provocando que dicha rabia diese
forma a su segunda personalidad. Comprendo que es un show dirigido a un público
infantil, pero dada la oscuridad y madurez del episodio, ¿No podrían
haber respetado mejor su origen? ¿Por qué dejar afuera los maltratos físicos
por parte de su padre? ¿De dónde surgió su obsesión con la moneda? Pero, de
nuevo, nos estamos adelantando.
Burnett (El
escritor del episodio) fue inteligente al dividir la historia en dos
episodios, ya que un personaje como Harvey lo merece. Su origen no consiste en
solo caer a un tanque de residuos tóxicos o ser la psicóloga de un payaso
malvado: La historia de nuestro protagonista es un descenso a la locura,
ejecutado de la forma más simple y efectiva posible. Nos identificamos con el
personaje y sentimos pena por él porque el show ya ha establecido su
amistad con Bruce desde el principio, aparte de que el tío es bastante legal
y no tiene un ápice de maldad (O eso parecía).
Pese al chantaje,
es tanta la presión que recae sobre Harvey que, al final, su contra-parte
malvada toma el control de la situación y trata de salvar el honor de
Harvey, lo cual es un aspecto que nadie ha comentado todavía. “Harv El Malo”
no lucha para eliminar a Thorne, pues Batman está presente y no le conviene ser
pillado ahí. Plus, esta re-afirmación se confirma cuando Harvey persigue a
Thorne, que trataba de escapar con su expediente. Es un enfoque que rara vez
suele verse, este donde “Harv El Malo” trate de defender a su
contra-parte buena, pero causando todo el estropicio posible. Puede sonar
contradictorio al principio, pero tiene mucho sentido: Sin su carrera como
fiscal, Harvey no es nada. Y si él no es nada, ¿Qué ocurriría con Grace?
Por desgracia,
ninguno de los Dos Harvey’s recuerda qué clase de reunión están pisando. Thorne
decidió concertar el chantaje en una fábrica de residuos tóxicos, y
todos sabemos qué suele ocurrir cuando una persona empieza a correr por ahí
como Pedro por su casa. Total, que Harvey acaba con la mitad de su
cuerpo hecho trizas, y Batman se lo lleva al hospital. Es un final intenso
porque va en contra de todo lo hecho hasta ahora: El Villano (Rupert Thorne) ha
ganado. Dent perderá su puesto como Fiscal, y Batman ha sido incapaz de
evitar un accidente innecesario.
Pero la duda
persiste y carcome a Thorne. A fin de cuentas, Harvey es una persona con
problemas muy chungos, y su única intención era chantajear a Dent de cualquier
forma posible. ¿Qué ocurrirá cuando Dent despierte de su “cirugía”
y sea testigo del resultado final? ¿Cómo reaccionarán Bruce y Grace cuando se
enteren de su desaparición? Y así se nos plantea el Cliffhanger del
episodio, el cual todavía me sigue provocando escalofríos: Ese Build-Up para
con su revelación, ese tema musical sonando de fondo... Perfección.
Acojona como,
también, este episodio se siente como una versión juvenil de algo que podríamos
ver en el “Daredevil” De Netflix, además de ser diferente a todos
los episodios ya vistos anteriormente. Estamos ante un libreto que lidia con
temas como la presión, la corrupción, las enfermedades mentales, el
chantaje, el descenso hacia la locura, etc. De lejos, el episodio que mejor
establece a Batman y a su mundo de personajes. Y esto es solo el episodio #10,
aún quedan por tocar otros capítulos que saben defenderse muy bien, pero
ya llegarán.
Nolan pudo perfectamente usar como base a este Harvey Dent para su película.... pero ya saben.... ''rEaLiZmO''
ResponderEliminarE iba a usarse. TDK tenía una sub-trama que giraba alrededor de Batman investigando los ataques de ira de Harvey, descubriendo pues que el personaje padece un trastorno violento desde niño, y empezando a desconfiar de él. Pero Nolan creyó que dicho tema no aportaba nada a la película, así que lo eliminó.
EliminarVamos, lamentapla.