Lo que diré a continuación contiene Spoilers. Si no la has visto, da media vuelta.
Han pasado 27
años desde mi última crónica en esta página. Bueno, en realidad ha sido más de
un mes, pero si no hay drama, no hay diversión. Tuve mis pequeños roces con “IT:Chapter 01” hace unos cuantos años. Aprovechando que hoy fue a ver su
continuación al cine de mi comarca, pensé: “¿Por qué no revivir este tugurio
con ayuda de los fantasmas de mi pasado?”. Y aquí estamos, recibiendo a una
fiel (pero soporífera) continuación de una adaptación literaria que, a
día de hoy, sigue dando de qué hablar (y lo seguirá haciendo por un tiempo
más).
La cinta que hoy
nos ocupa retoma todos los detalles argumentales que pudiéramos pensar: Pennywise
ha regresado, por lo que Mike contacta con sus viejos amigos, Los Perdedores,
quienes deberán reunir fuerzas para acabar con el payaso de una vez por todas. Y
ese es el argumento. Un hilo conductor lineal (En plan videojuego casi)
que se extiende cual chicle de frambuesa, hasta tal punto que el pobre
espectador promedio que no haya leído el libro podría morir del aburrimiento.
En ese aspecto, la película es un fracaso, y es por culpa de las
decisiones creativas ejecutadas y mostradas en su antecesora (la cual se robó
la etapa más interesante del libro, junto a sus respectivas e icónicas
escenas).
De este modo,
ciertas escenas (EJ: La Sala de los Espejos, Bill y la
Alcantarilla, Ben y Beverly a punto de morir, etc) fluyen con la intención de ser
explotadas lo mejor posible a nivel narrativo y visual (Esto
último tiene un papel muy importante, ya que el director confía en que el
espectador comprenderá ciertos acontecimientos que no requieren de diálogo). E
irónicamente, se trata de ejecuciones de menos de 5 o 10 segundos, las cuales irónicamente
aportan mucho más a sus personajes que algunas de sus longevas escenas. Ya
sabéis lo que dicen: El demonio está en los pequeños detalles. Un claro
ejemplo de esto recae en el papel de Richie, al cual se le otorga una libertad
creativa que, por suerte, consigue expandir la humanidad del personaje sin
faltarle el respeto al material original (De hecho, van de la mano. Ya
entenderéis por qué).
Y es que es rara
la ocasión en la que un director decide respetar tanto el material original y, a
la vez, agregar cosas nuevas sin fracasar en el intento. ¿La Forma Final de
Pennywise? La adapta, la respeta y la reconstruye. ¿El
Romance de Beverly y Ben? Lo adapta, lo respeta y lo reconstruye.
¿El Suicidio de Stan? Lo adapta, lo respeta y lo reconstruye.
Esa es su fórmula, ni más ni menos.
Por desgracia,
ciertos aspectos importantes son obviados o eliminados de la adaptación cuando
no hay razón de ser. Cosas como “La Tortuga” ya no existen, y personajes
como Tom y/o Bowers aparecen y no aparecen, cuando podrían haber jugado
un papel mucho más importante. Aunque claro, no es que el resultado final sea
un insulto tampoco, sino todo lo contrario. Ojo a los cameos.
Comentarios
Publicar un comentario