Gotham y El Chiste Del Hombre Murciélago

“Y el cuervo, inmóvil, ahí sigue parado. La luz proyecta su imagen en el suelo, donde yace mi alma sin consuelo, donde ya siempre mi alma yacerá, pues no podrá levantarse nunca más.”

A la hora de referirnos a un personaje tan querido como Batman, describimos su imponente faceta visual con un sinfín de palabras: Espeluznante, Gótica, Majestuosa, etc. Son descripciones que se han cernido sobre él desde que fuese creado en 1939 a manos de Bill Finger, con la “colaboración” de Bob Kane. ¿Pero a qué viene toda esta parafernalia? Pues que, a la hora de la verdad, es casi imposible fastidiar a un ícono como este, visualmente hablando. La palabra clave es “casi”.

Pese a que una producción tan infame como “Gotham” ha cesado de existir, siempre quedará en nuestra memoria la aparición de Los Gemelos Valeska, u ¿otros? elementos narrativos destacables, aunque ahora mismo no se me ocurre ninguno más. Verá usted, pese a que el show que hoy nos ocupa ha sido artífice de un sinfín de barbaridades, ninguna ha causado un nivel de indignación tan grande o embarazoso. Eso, claro, era antes de que la propia serie expulsase su último aliento.

La avaricia es una emoción de doble filo. Puede motivarte a ser una mejor persona, un mejor artista, un mejor músico, pero si te dejas abrazar demasiado por ella, se comerá tu cabeza. Y los encargados detrás de “Gotham” perdieron su cerebro ya desde la primera temporada, empeñados en que iban a terminar su producto con la revelación del hombre murciélago, de un modo u otro. Nosotros, ingenuos e inocentes, tomamos su palabra, pero nadie estuvo allí para decirnos que, por desgracia, los artífices de esta broma de mal gusto eran, en efecto, monstruos descerebrados que no sienten vergüenza alguna a la hora de crear discrepancias varias.

¿Por qué la necesidad de revelar su atuendo? La vida no avanza a base de buenas intenciones, un artista debe ser consciente de sus limitaciones, monetarias o talentosas. Si Warner Bros. Es tan odiosa con tu proyecto (Como supuestamente lo fueron con “Gotham”), ¿Por qué tentar a la suerte? No es como si en un medio artístico como este no existieran un sinfín de maneras de revelar la existencia de Batman sin mostrarnos su traje al 100%. Oh, espera, que si las hay.

Hablamos de un vigilante que se mueve entre las sombras, sembrando el terror en el corazón de los criminales, cobardes y supersticiosos, a través de una silueta de pesadilla que siempre abre las puertas al debate (¿Es un hombre, es un monstruo, o ambos?). “Cuchillas” disparadas de sus dedos, un “cuerpo” incorpóreo inmune a las balas, unas “alas” de 6 metros de altura, la fuerza “sobrehumana” de 10 hombres, una voz de “ultratumba” salida de las entrañas del infierno…

Una tormenta. El Tejado del Departamento de Policía de Gotham City. James Gordon, Harvey Bullock y Alfred Pennyworth estan allí. “Una vez le dijo al Amo Bruce que, donde hay oscuridad, habría luz. Y tenía razón”. Dirigibles en el cielo. Iluminando el Departamento y otros rascacielos. No muy lejos, el trío se percata de una silueta camuflada entre gárgolas. Está por encima de ellos, observándoles. Una capa que se extiende al infinito ondea con el viento. Jamás vemos que hay debajo de ella, a excepción de unos ojos entornados, blancos como la nieve e inexpresivos como una muñeca de porcelana. Bullock dice “No estoy tan seguro”. Y no hace falta decir ni mostrar nada más. Toda la ambigüedad y heroicidad del personaje queda plasmada en su silueta nocturna.